ENSAYO
“EL DISEÑADOR ACTUAL”
A grandes rasgos se puede describir al diseñador.
Diseñador es aquel personaje observador, previsor de necesidades, vendedor, sensible, talentoso, intuitivo, analítico, vulnerable, y casi todos los adjetivos imaginables de nuestra lengua. Claro, es así porque la especie “Diseñador” tiene algo de cada cosa, de cada carácter posible, es tanto lo conectado que se encuentra al sistema y está tan arrastrado a pertenecer a éste que diseñar se ha ido convirtiendo en un acto reflejo, que ayuda a aprovechar mejor el tiempo de trabajo, pero que resta tiempo de estudio profundo del tema, la superficialidad de la solución superó el encanto de comprender la función que el diseño debe cumplir.
Así es la respuesta del diseñador a un estimulo provocado por el ritmo actual acelerado, se le obliga a ocupar el apetito de recibir información constantemente, a dar chispazos de creatividad con falta de proceso y a destinar gran parte de la vida a la labor.
Sin embargo el diseñador actual sigue soñando formas y colores diferentes, nuevas ideas, más conceptos. Nunca perdió la esencia de los dones, de la mirada privilegiada, por lo tanto es su deber volver a proponer algo diferente cada vez que se pueda, no seguir siempre los esquemas que están impuestos. Se ve tanto de lo mismo, por la calle, muchos diseños casi iguales… pensar que detrás de ese conjunto de letras, colores, ideas… hay un “creativo”, que a veces no es diseñador, solo un aficionado a algún software de diseño que perjudica la imagen del profesional del diseño con la comunidad, relación que hoy en día particularmente se observa distanciada. El común del mundo no sabe en realidad que significa ser diseñador, eso pasa por que sencillamente no saben que es el diseño.
El diseñador actual tiene un desafío importante, educar al público objetivo, demostrar que el diseño es una inversión que genera ingreso, convencer a los empresarios que es una oportunidad de mostrar lo mejor de los productos o servicios que ofrecen. No es menor ésta responsabilidad que se asume por parte de los diseñadores, quienes deben olvidar sus fragilidades, sus faltas de carácter, la inseguridad ante los clientes es el peor escoyo a superar, generalmente el contratante invade al diseñador con sus propias ideas mayormente erróneas, lo convoca a la confusión, lo abruma. La mejor respuesta para la interrogante del diseño solo la puede otorgar alguien profesionalmente preparado para esa específica función, no puede un cliente ensañarle al diseñador sobre diseño, siempre ha de ser a la inversa.
Es por estas situaciones que la plusvalía del diseñador ha ido en merma desde que estos sucesos se han ido produciendo, se debe realzar los valores profesionales de este creativo, reivindicar la profesión ante la comunidad mediante resultados, no va a servir solamente explicar la teoría si los beneficios no son reconocidos por los clientes.
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